Recuerdos

Usualmente, día a día vivimos haciendo una cosa tras otras, finalizamos una actividad y vamos por la siguiente, en algunas ocasiones disfrutamos el proceso, en otros, ni siquiera nos damos cuenta de él, sin embargo, los recuerdos de cuando lo hicimos con gusto son bastante rejuvenecedores para el alma, no hablo sobre tener nostalgia o sentirnos tristes por el pasado, sino sobre revivir esa felicidad que llegamos a experimentar en algún momento y que esos sentimientos tan puros vuelvan a la vida.

Un ticket, un boleto, una carta, una pequeña conversación, una foto, un recibo, una tarjeta, una libreta, un folleto, son fuentes de bellos recuerdos. Hace unos cuantos momentos comencé una limpieza sobre un montón de papeleo que tenía y entre él me encontré con objetos que me hacen revivir mi pasado, encontré un cuaderno que solía utilizar cuando acababa de entrar al bachillerato, veo mi trabajo por intentar entender una materia con la que nunca antes me había relacionado, otro con todo el trabajo extra por adelantado que hice para poder ir a un concurso, recordé las maravillosas clases de historia y las risas con mis amigos, entre tantos papeles había una infinidad de tickets de museos con pintorescas portadas e información en idiomas que no son del todo comprensibles para mí, hay boletos que me aseguraban un lugar en un barco, en un tren y en una rueda de la fortuna, hay cartas de aquellos que amo y cartas que nunca llegué a dar, recordé a las personas a las que no se las pude mandar y me motivó a volver a saber de ellas, hay millones de apuntes que me hacen recordar que sin duda alguna, presentar extras vale más la pena que sufrir día tras días en una clase que detesto y no aporta valor, encontré un pequeño cartel con una reservación de un restaurante que me alegró más de lo que esperaba, un folleto me hizo recordar todo el recorrido a un museo que ya había casi borrado de mi memoria, algunas tarjetas me hicieron recordar cómo es tomar el transporte público y las cosas tan espontáneas que te puedes encontrar en él, fotos en lugares excepcionales pintaron una sonrisa en mi rostro, y carpetas y dibujos con diseños particulares me trajeron a la mente mi viejo estilo y las cosas que me inspiraban en su momento. 

En lo personal, amo cada vez que abro mi caja de "recuerdos" especiales con dibujos y estampas de antiguos amigos y gente cercana, me trae confort el ver una foto de aquel atardecer que tanto disfruté y de aquellas diminutas cascadas que me sacaron lagrimas, de aquellos platillos que devoré con gracia con la gente que más amo, y no se diga de aquellas fotos randoms que traen toda una historia consigo, hay una tarjeta de Pokemón que siempre me recordará a mi familia correspondiente y la maravillosa experiencia que fue compartir un cachito de mi vida con ellos, hay fragmentos de conversaciones que me hacen recordar días enteros y garabatos que reviven el aburrimiento y las risas a la mitad de una clase.

Recuerdos… recuerdos espontáneos, llenos de risa y felicidad, son aquellos pequeños grandes recuerdos que nos hacen permanecer de píe cuando los días grises parecen obscurecerse más, son aquellos recuerdos a los que recurres a la mitad de la soledad para sentirte una vez más acompañado, son aquellos recuerdos que cuentas en formato de anécdota y que traen risas una vez más, son aquellos recuerdos los cuales nos hacen tener en mente lo que es realmente importante, lo más valioso que hay en nuestras vidas y sobre todo, qué momentos traen felicidad. 

Muchos dicen que viajar en el tiempo es imposible, pero en un formato no tan científico, sino que social y psicológico, creo que es posible, ver una tarjeta, un dibujo, un ticket o simplemente una fotografía te puede hacer viajar alrededor del tiempo y volver a experimentar la misma felicidad, tristeza o nerviosismo que llegaste a sentir en determinado momento.  Y si bien, de recuerdos no se vive, en muchos casos nos hacen permanecer de pie, recuerdos son los que hemos hecho y los que seguimos haciendo, así que hay que ponernos en marcha y creemos más momentos únicos que se vuelvan en recuerdos gratos que vengan a nuestra memoria cada vez que estemos decaídos y para poder hablar en nuestra vejez, recuerdos que tendremos presente cada vez que la vista se nos nuble y pensemos que no podemos más, recuerdos que no solo son recuerdos sino que son experiencias, sentimientos y motivaciones.