Más que maestros curriculares, son maestros de vida

15.05.2020

Desde tiempos inmemorables la educación ha sido un factor esencial dentro de nuestra sociedad, desde la enseñanza empírica de cómo cazar en los tiempos de las cavernas, hasta la educación escolarizada que hoy en día, muchos de nosotros conocemos a la perfección, sin embargo, ¿quiénes son estos seres que se dedican a educarnos? Claro, son varios sujetos; desde nuestros parientes hasta nuestros amigos, pero tampoco podemos dejar de lado a los maestros que nos encontramos en las escuelas e instituciones educativas, y hoy es de ellos de quienes quiero hablar, de estos maestros "escolares". 


Los docentes son una parte fundamental dentro de nuestra sociedad y con ellos tenemos contacto desde muy pequeños, desde aquellas maestras o maestros del kínder hasta los que nos encontramos en la licenciatura, en cursos o en otras instituciones educativas, creo que efectivamente, su trabajo es completamente admirable y a decir verdad, su labor es uno de los que más admiro en la vida, no solamente porque los buenos docentes están realmente bien preparados y capacitados para convivir y enseñar a la comunidad estudiantil, sino que no solamente son estos sujetos preocupados de terminar el temario escolar sin dar cabida a la interacción humana con sus alumnos, a esto me refiero que estos buenos docentes no simplemente se enfocan en el rubro escolar, sino que van más allá, se preocupan porque realmente sus alumnos aprendan de una forma en la que esos conocimientos les puedan aportar algo a su vida cotidiana e intentan buscar las mejores dinámicas para hacerlo , pero también se preocupan por nuestro bienestar, no nada más físico para poder asistir a las clases, sino que  por nuestra estabilidad mental y emocional y eso es una característica que no todos los docentes poseen. 


Alrededor de toda mi vida me he encontrado con profesoras y profesores excepcionales, entre éstos se encuentran aquellas maestras "exigentes" de la primaria que hacían que me esforzara más porque sabían que tenía el potencial, las que me daban un empujoncito extra cuando tenía problemas para entender el inglés, y cómo olvidar aquel año que gracias a una profesora llamada Andrea pude entender las bases de ese mismo idioma solamente por el simple hecho de que su forma de enseñanza era distinta a las de mis demás profesoras, asimismo, me topé con profesores que nos alentaban a ser creativos, a investigar y a experimentar nuevas formas de trabajar, aquellos profesores que me hicieron amar una materia odiada, aquellos que sus conocimientos escolares trascendieron a un plano personal, aquellos que me dieron una mano y un apoyo incondicional en momentos adversos, pero sobre todo, aquellos que se volvieron un amigo o amiga. 


Realmente un docente puede hacer un cambio completo en la vida de sus alumnos, muchas veces los estudiantes no poseen las mejores condiciones familiares, económicas y sociales, e incluso, en algunos casos la escuela también puede representar todo un infierno, no obstante, un buen docente puede hacer que aquel niño o niña, penosa, indefensa, con problemas personales y demás, se pueda desarrollar de manera extraordinaria en el plano académico, y no sólo en ese rubro, sino que le permite y alienta a desarrollar habilidades que las podrán aplicar en su vida diaria y claro, también les habilitará herramientas para la resolución de problemas. Asimismo, en muchos casos podemos observar a aquel alumno que probablemente es el "patito feo" entre los demás, o aquel rechazado sin razón aparente, o simplemente, aquel alumno que tiene dificultades para integrarse con los demás, en estos casos un docente puede ser la pieza clave de todo, no solamente porque puede representar un amigo ante alguien que suele permanecer solo, sino que también es aquella persona que nos aconseja y nos motiva a mejorar como personas, además de que contamos con su constante apoyo, no nada más escolarmente hablando sino que también en un plano personal. De igual modo, los docentes claramente son fuentes de sabiduría, por lo tanto, nos proporcionan cierto conocimiento que nos puede marcar para el resto de la vida, desde aquella fábula que se nos quedó marcada, hasta su estupenda forma de enseñar matemáticas o biología, o simplemente, el aporte de nuevas didácticas de aprendizajes pueden ser partes que nos pueden marcar, estos conocimientos nos hacen actuar conforme a una filosofía de vida, nos motiva a volvernos matemáticos o biólogos, o nos proporcionan las nuevas herramientas que utilizaremos no solamente para aprender sobre las materias curriculares de la escuela, sino que para investigar y aprender sobre temas de nuestro interés. 


A decir verdad, yo he contado con una fortuna enorme al conocer a los profesores y profesoras que han estado alrededor de mi vida, de tal forma, me gustaría mencionar mi experiencia con algunos de estos docentes. 

Primero, me gustaría comentar que cuando iba en la primaria nunca fui de muchos amigos y mi escuela ofrecía la opción de tiempo completo, de tal forma, salía entre 3 y 6 de la tarde, sin embargo, solíamos tener un tiempo de receso, no obstante, al no contar con amigos mi refugio fue la lectura, una herramienta extremadamente poderosa que me enseñaron mis profesoras de primer año de primaria, y se podrán decir así mismos que probablemente es una enseñanza ciertamente banal y cómo es que podría marcar de forma permanente a una niña que a penas contaba con seis años de edad, pero gracias a esas profesoras pude afrontar el aislamiento social de una forma bastante llevadera, además de que mediante la lectura aprendí grandes lecciones de vida, me proporcionó nuevas perspectivas, desarrollé mi imaginación y creatividad, me inculcó el amor a la lectura y hasta la fecha de hoy, sigo siendo una lectora, misma cualidad que me ha facilitado increíblemente mi vida escolar e incluso, he escogido una carrera que implica en su mayoría hacer extensas lecturas y análisis.  

Por otro lado, también me encontré con 2 profesoras y 2 profesores completamente importantes en mi vida para el desarrollo de idiomas, a la primera ya la he comentado con anterioridad, la profesora Andrea, por otro lado también tenemos a una profesora llamada Anastasia, ella realmente me hizo desarrollar un amor increíble por los idiomas asiáticos, ella era mi maestra de chino en la secundaria y me impresionaba su habilidad de saber más de 4 idiomas con perfecta fluidez, además de que en sus clases nos hacía aprender sobre la cultura, gastronomía y otros aspectos de China, asimismo, me parecía impresionante la forma en que se diferenciaban las expresiones que se utilizaban en un idioma y otro, fue meramente gracias a ella que probablemente su clase se volvió una de mis materias favoritas, asimismo, me ha inspirado para poder seguir con mis estudios en ese idioma aunque ya no cuente con sus valiosas clases, no obstante, como comenté anteriormente, ella en gran medida me inculcó un amor por la cultura asiática en general, por lo cual, más tarde al contar con un poco de tiempo libre me planté aprender un nuevo idioma, y qué mejor que uno asiático, de tal forma, comencé a aprender coreano. Una vez que me adentré en ese idioma me encontré con dos profesores, el primero de ellos Jay, un profesor con el cual me sentía bastante cómoda, reconocía el esfuerzo de sus alumnos, e incluso, hasta cierta medida se convertía en sus amigos, pero además es un profesor con muy buenas habilidades de enseñanza, de tal forma, hoy puedo afirmar que él me resolvió cada una de las dudas que me llegaba a plantear sobre el idioma, pero no solamente eso, sino que se veía su interés por siempre mejorar las clases y podernos dar lo mejor de sí mismo, e incluso, gracias a él sé lo que sé en ese idioma, su clase sin duda alguna, se volvió gran parte de mi felicidad diaria e incluso, cuando llegaba a tener un pésimo día en la escuela, en cuanto iba al curso de coreano todo parecía ir mejor, además de que me divertía y ahí realmente contaba con muy bonitas amistades. Más tarde me encontré con uno de mis profesores consentidos, Won, él fue una figura de gran inspiración, cuando a penas llegó a México se dedicó a la enseñanza del coreano, sin embargo, a penas iba aprendiendo el idioma español y ya era capaz de dar clases bastante claras y concisas! Yo diría que el fue el profesor más exigente de coreano que tuve, pero su exigencia era bastante buena, vi grandes resultados y en poco tiempo, además de que siempre había cabida para una pequeña conversación y para poder hacer bromas y pequeñas pláticas grupales, asimismo, siempre le daba una atención particular a cada uno de los alumnos, no obstante, también me solía poner ejercicios un poco más complicados o ejercicios extras para que pudiera avanzar más porque me decía que yo tenía la capacidad, y en gran parte fue gracias a él que nunca abandoné el idioma, también puedo decir que aprendí las bases más importantes con él y es algo que le agradezco infinitamente. 


Una vea vez que empecé con mi etapa preparatoriana también me encontré con docentes inigualables, a los cuales quisiera mencionar a una profesora de Química, dos de Matemáticas, uno de Historia, una de Filosofía y otra profesora de Teoría de la Historia. Todos ellos me aportaron conocimientos increíbles, la profesora Armida (Química) me enseñó a desarrollar habilidades de investigación y amar una materia odiada, de igual manera, fue con la primera profesora con la que entendí la importancia del auto estudio, después un profesor de matemáticas (realmente no recuerdo su nombre pero sus enseñanzas siempre quedarán en mi memoria), me enseñó que incluso, los problemas más complicados se pueden resolver de maneras más sencillas, de igual forma, me hizo ver que ante un problema siempre va a haber más de un método para resolverlo (misma enseñanza que aplica tanto en las matemáticas como en la vida diaria), y sobre todo, me enseñó la multidisciplinariedad de la vida, después nos encontramos con Amadeus (Matemáticas), un profesor que me enseñó que las matemáticas pueden ser divertidas, que el miedo se puede convertir en motivación, el potencial que tiene el trabajo en equipo y sobre todo, se convirtió en un amigo cercano con el que podía bromear o simplemente, pedir ayuda, no solamente escolar sino que también personal, su imagen siempre será guardada en mi corazón, es uno de los profesores más amables que he tenido en toda la vida, además de que él es la expresión viviente sobre el amor profesor-alumno. Más adelante nos encontramos también, con un profesor excepcional, Juan Manuel (Historia), él me hizo volver a amar aquella materia que tanto detestaba, pero además me enseñó que el conocimiento de otras materias se relacionaban directamente unas con otras, mismas cualidad que empecé a admirar de él, no solamente sabía de historia, sino que también de política, cultura, economía y muchas otras materias, además de que también posee una forma particular de enseñanza, mismo que me pareció innovador, también es de los pocos profesores que realmente prestaba atención a todas las exposiciones de sus alumnos y se esfuerza por dar una retroalimentación, al principio solamente fue un profesor que admiraba por sus habilidades, conocimientos y aquella cercanía con sus alumnos, sin embargo, también se volvió mi profesor de una opción técnica, y en esta misma se ha vuelto un amigo bastante cercano, tanto así que incluso, lo podría definir como parte de la familia que he escogido, además de que siempre ha demostrado un apoyo incondicional ante sus alumnos y efectivamente, su apoyo ha estado ahí en los momentos más difíciles. Por otro lado, en mi último año de bachillerato me encontré con mi profesora María (Filosofía), misma profesora que admiro muchísimo por su forma de transmitir conocimientos, es una profesora que siempre se ha preocupado por el bienestar de sus alumnos, física, emocional y mental, de tal forma, nos intenta recordar sobre la importancia de alimentarnos bien, escuchar nuestra voz interna, a cuestionarnos sobre la vida, pero también gracias a sus clases he conocido muchas visiones sobre el amor, sobre la justicia y otros temas, asimismo, esas enseñanzas me han ayudado muchísimo para bajar mis niveles de estrés e incluso, me inculcó el gusto por dibujar en acuarelas ya que una de sus dinámicas es pedirle al alumno dibujar los conceptos de clase con esa técnica, además de que también se ve su esfuerzo por proporcionar una atención dirigida y especializada a cada uno de sus alumnos. Y por último, pero no menos importante, mi profesora Alma (Teoría de la Historia), a pesar de que solamente estuve un semestre con ella aprendí de forma exponencial, me di cuenta que la perseverancia es muy importante, de igual manera, me hizo amar una materia que al inicio odié, no obstante, me proporcionó nuevas técnicas para analizar textos, me remarcó la importancia de la inter y multidisciplinariedad, también desarrollé como nunca antes habilidades de investigación y comunicación pero sobre todo, me proporcionó una nueva visión de la Historia, de las ciencias humanas y exactas y sobre la vida. Es una maestra que es realmente exigente e incluso, para algunos podrá ser "odiosa", pero sin duda alguna, para mí fue y siempre será una de las mejores profesoras que he tenido en la vida.


Por último también me gustaría mencionar a un profesor realmente especial, mi profesor y amigo Isaac, a él lo conocí gracias a un curso de neuropsicología, sinceramente nunca pensé que un curso de ese estilo me cambiaría tan radicalmente la vida por el simple hecho de conocerlo, realmente los temas que vi con él me fueron de gran ayuda ya que había varias cosas de psicología que se podían aplicar en mi vida diaria, además de que había explicaciones biológicas sobre el funcionamiento del cerebro que más tarde retomaría en mis clases de biología, no obstante, más que esos conocimientos científicos lo que me proporcionó fue más que nada enseñanzas de vida, he de decir que tuve clases particulares por un tiempo con él, y sinceramente, creo que han sido de las clases más productivas que he tenido a lo largo de mis cortos 18 años, con él aprendí nuevas técnicas de investigación, me enseñó un poco de dibujo (mismo conocimiento que ahora aplico cuando estoy aburrida en clases o cuando no tengo otras cosas que hacer), asimismo, me enseñó en gran medida cómo meditar, y obviamente, gracias a la parte psicológica he podido afrontar de gran manera el estrés, la ansiedad y otros problemas personales, asimismo, me comentó sobre la importancia de hacer ejercicio, tener un repertorio básico de actividades y cosas por el estilo. Realmente esas enseñanzas han sido enseñanzas para la vida, y gracias a ellas puedo decir que ahora me mantengo feliz, no obstante, no solamente ha sido un profesor para mí, sino que también ha sido un amigo, no solamente me proporcionó una mano y ayuda en uno de los momentos más difíciles de mi vida, sino que también de vez en cuando llegamos a hablar sin ningún fin académico, solamente con el propósito de saber cómo se encuentra el otro, de igual manera, llegamos a hablar sobre otros temas completamente ajenos a los educativos y realmente, considero que en él he tenido un amigo y profesor que me puede llegar a comprender a la perfección. 


Como dije al inicio de este artículo, realmente el trabajo de un docente puede cambiar por completo la vida de un estudiante, y esta es tan solo mi experiencia, a decir verdad considero que si no hubiera sido por todos ellos y sus grandes enseñanzas, no solamente escolares, sino personales, no hubiera llegado a ser la persona que soy. Realmente el ser profesora o profesor es una tarea muy complicada pero de las más bellas que puede haber, y es por esta misma razón que considero que se merecen todo el reconocimiento del mundo. Ser un buen docente no se refiere a explicar un buen de temas ante un público de estudiantes, ni dejar millones de tareas, ensayos y saturar al estudiante de información, sino que significa prepararse de manera adecuada, de buscar los mejores métodos para que el conocimiento no se quede solamente en el plano escolar, es buscar que trascienda a su vida personal, es que el alumno agarre cariño y amor al conocimiento, pero sobre todo, también es entablar esa gran conexión humana entre el profesor y el alumno. No somos robots que hacen todo de forma automática y que solamente está enfocado en realizar una tarea tras otra, necesitamos aquel afecto, aquella comprensión y aquel cariño e interés que tanto nos caracteriza como humanos, un buen docente es aquel que enseña humanamente, y claramente, aquellos buenos docentes más que maestros curriculares, son maestros de vida. 


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