Un viaje al más allá

Abro los ojos y me cuesta ver a mi alrededor, todo es demasiado brillante que lastima la vista pero mis ojos se van adaptando a este blanco glaciar con cierta lentitud, a pesar de que el cielo está despejado y no hay ni una sola nube el ambiente parece estar rodeado por una aura blanca, miro hacia la izquierda y solamente me encuentro con una especie de pared formada con una estructura similar a la de una montaña, volteo hacia la derecha y encuentro lo mismo, una vez más miro hacia arriba y corroboro que no hay nube alguna, el cielo glacial ahora es celeste y parece como si fuera un día soleado. Me veo las manos y los pies, me toco una y otra vez, de verdad, soy yo, pero, ¿en dónde estoy?, vuelvo a ver mis extremidades y me doy cuenta que estoy sentada en una balsa elaborada con varios pedazos de madera ordenados tan perfecta y simétricamente posible, conectados entre sí por lo que aparenta ser una soga de yute, en algunos casos, entre madera y madera hay pequeños huecos por los cuales entra un poco de agua y hace ver más obscura la madera que toca, pero ¿qué es esto?, ¿a caso estoy alucinando o también puedo ver la fina arena que hay en las profundidades de este cuerpo de agua? No, es real, no sé con qué seguridad lo digo pero sé que es real. Desconcertada por nunca antes haber visto aguas tan claras levanto la mirada, hay una figura humana ante mis ojos, hombros anchos, torso descubierto y con shorts amarillos, ciertamente opacos, pero a pesar de simular ser un humano cualquiera algo no cuadra, posee un tono de piel morado iris, pero no le tomo gran importancia, vuelvo a observar a mi alrededor y me doy cuenta que estamos avanzado en línea recta. Nos estamos moviendo en un solo canal y conforme vamos avanzando surgen más, ninguno de ellos posee alguna característica en especial, todos son iguales e incluso aparentan tener las mismas dimensiones y tienen aires de ser infinitos, lo único que los diferencian son las tonalidades del agua, en algunas zonas es azul celeste, en otras casi transparente, en algunas es verde esmeralda y en otras azul turquesa, en algunos casos se degradan muy sutilmente pero en otros, simplemente observas una "mancha" de color en medio de otro, al parecer no llevan ningún patrón ni orden pero eso no les quita lo bello y lo perfecto, pero algo sigue sin cuadrar, ¿en dónde estoy? Le pregunto a la figura humana que hay delante de mi pero no hay respuesta alguna y solamente seguimos avanzando, cuando llegamos a lo que simula ser un cenote rodeado en su mayoría de agua transparente la figura humana voltea, al parecer, no es del todo humano, de pies a cuello es un ser humano pero al subir más la mirada me doy cuenta de que posee la cabeza de un Xólotl... Al inicio me atemorizo pero su amigable sonrisa me calma, la balsa se detiene a la boca del cenote y miro a mi alrededor, hay un silencio casi absoluto a no ser por las pequeñas olas que formó la misma balsa y con un gesto me dice que salte al agua...

Soy joven, la luz es clara, el agua está helada, no sé cómo llegué aquí, al inicio me desconcerté pero no intento encontrar respuestas de más y simplemente fluyo como las pequeñas olas, y cuando Él me diga que salga, saldré, no sé, esto parece ser un viaje un poco solitario pero cuando llegue, sé que todo estará bien, tal vez llegaré a un cenote más grande, tal vez a una luz más brillante, tal vez llegue a ver a alguien más, pero llegaré, mientras tanto solamente me sumergiré y dejaré que los peces bailen a mi alrededor mientras me hundo en esta agua y pequeñas burbujas salen a la superficie, abriré los ojos y veré cómo suben de poco en poco y seguiré viendo esa luz, blanca y amarilla, veré el azul transparentoso del agua y simplemente sabré cuándo es hora de partir, porque ya he partido de muchos otros lugares y solamente estaré un tiempo en este cenote, porque tengo que llegar a otro lugar, tengo que llegar o tal vez, ya he llegado...