El compañero
Antes de que existiera siempre estuviste ahí,
Con un mil de adversidades sufriste pero sobreviviste,
Diste el alma y todo el corazón y al fin me conociste,
Dichosa yo que encontré una mano,
Dichoso tú que encontraste un pequeño dedo,
Siempre acompañándonos,
Siempre quemándonos,
Siempre riendo,
Siempre comiendo,
Siempre guardando nuestros pequeños secretos.
Cualquier era buen momento para confabular,
Ambos nos reíamos de nuestras diminutas fechorías,
De la mano ambos caminábamos,
Me contabas las anécdotas de aquellos tiempos,
Tiempos hermosos,
Tiempos de alegrías,
Tiempos de ver televisión,
Tiempos de una historia,
Tiempos de jugar,
Tiempos de acariciar a un perro,
Tiempos de familia
Y tiempos de vida.
Más fuerte que cualquier soldado, capitán o general,
Batallando desde las peores trincheras,
Siempre dando un golpe más,
Cayendo pero con la mirada en alto,
En el suelo pero siempre levantándote,
Saliste de los acantilados y viste los alrededores,
Un nuevo panorama,
Una nueva vista,
Una nueva oportunidad,
Una nueva familia,
Una nueva experiencia,
Y una nueva sonrisa.
Siempre amigable,
Sin enemigos,
Con gente que te amaba y te admiraba,
Como siempre, echándole ganas,
Hoy has partido,
Con la mirada hacia arriba,
Anhelando ver aquel cielo de tu juventud,
Escuchando dulces voces,
Y recordando aquellos tiempos,
Tiempos hermosos,
Tiempos de alegrías,
Tiempos de ver televisión,
Tiempos de una historia,
Tiempos de jugar,
Tiempos de acariciar a un perro,
Tiempos de familia,
Y tiempos de vida,
Siempre con la mirada en alto,
Te fuiste en paz.
Ese gran compañero del alma ha partido,
Pero aún en el más allá, me sigue acompañando,
Hoy estoy triste,
Mañana también lo estaré,
Siempre me hará falta aquel compañero que siempre ánimos daba,
Pero es el mismo el que siempre estará en mi corazón,
Compañero que ya no está pero aún así acompaña,
Es así como aquel soldado, capitán y general, se convirtió en el mejor compañero,
Compañero que siempre fue y seguirá siendo mi abuelo.